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Evangelio del dia



Comentario del Evangelio del día por un equipo de 200 sacerdotes


El equipo Evangelizo está compuesto por más de 90 laicos y religiosos católicos de diversas comunidades, congregaciones o espiritualidades: Benedictinos, Carmelitas, Cistercienses, Fraternidades Monásticas de Jerusalén, Jesuitas, Redentoristas, Comunidad del Emanuel, Focolaris.


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Evangelio del día meditado por el p. Jesús

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Pequeña Novena a San Miguel

Haz la señal de la cruz y comienza la oración San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén. Oh, Glorioso San Miguel Arcángel, el primero entre los ángeles de Dios, guarda y protector de la Iglesia Católica, recordando que nuestro Señor te confió la misión de velar por su pueblo, en marcha para la vida eterna, pero rodeado de tantos peligros y tentaciones del dragón infernal, heme aquí ante ti, para implorar confiadamente tu auxilio, pues no hay necesidad alguna en la que no puedas ayudarme. Sabes la angustia por la que pasa mi alma, ve, pues, junto a María, nuestra Madre muy amada, ve junto a Jesús y dile una palabra en mi favor, pues sé que ellos nada te rechazarán. Intercede por la salvación

Paz

Paz para el mundo entero. La paz del Señor. La paz que sólo Dios nos puede regalar. La paz del amor eterno derramada por el Espíritu Santo en cada corazón. La paz de quien tiene fe y esperanza en un mundo mejor y más cristiano cada día. La paz de María, Madre de Jesús y madre nuestra, la Reina de la Paz. ¡Gloria a Dios, Cristo resucitó y vive hoy con nosotros! Por | Valeria Fregossi  ©

Consagración a San Miguel Arcángel

Oh, príncipe nobilísimo de los ángeles, valiente guerrero del Altísimo, celoso defensor de la gloria del Señor, terror de los espíritus rebeldes, amor y delicia de todos los ángeles justos, mi dilectísimo Arcángel San Miguel, deseando yo hacer parte del número de tus devotos y siervos, a ti hoy me consagro, me dono y me ofrezco y me pongo a mí mismo, a mi familia y todo lo que me pertenece debajo de tu poderosísima protección. Es pequeña la ofrenda de mi servicio, siendo como soy, un miserable pecador, pero tú engrandecerás el afecto de mi corazón, recuerda que de hoy en adelante estoy debajo de tu sustento y debes asistirme toda mi vida y alcanzarme el perdón de mis muchos y graves pecados, la gracia de amar a Dios de todo corazón, a mi querido Salvador Jesucristo y a mi dulce Madre María Santísima, alcánzame los auxilios que me son necesarios para obtener la corona de la eterna gloria. Defiéndeme de los enemigos del alma, especialmente a la hora de la muerte. Ven, oh, príncipe glorio