Paz para el mundo entero.
La paz del Señor.
La paz que sólo Dios nos puede regalar.
La paz del amor eterno derramada por el Espíritu Santo en cada corazón.
La paz de quien tiene fe y esperanza en un mundo mejor y más cristiano cada día.
La paz de María, Madre de Jesús y madre nuestra, la Reina de la Paz.
¡Gloria a Dios, Cristo resucitó y vive hoy con nosotros!
Por | Valeria Fregossi ©
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